La audición se produce cuando las ondas sonoras se trasladan hasta los nervios del oído interno y luego al cerebro. Las ondas sonoras pueden viajar hasta el oído interno por medio de la conducción del aire (a través del conducto auditivo externo, el tímpano y los huesos del oído medio) o por conducción ósea (a través de los huesos que se encuentran alrededor y detrás del oído).
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Vía aérea: Se evalúa la capacidad para oír sonidos transmitidos a través del aire. Se usan auriculares especiales para presentar los sonidos.
Vía ósea: Evalúa la capacidad para oír el sonido que se transmite a través de los huesos detrás de cada oído, usando un aditamento especial que transmite vibraciones.
Es un examen que evalúa la capacidad de una persona para escuchar sonidos. Los sonidos varían de acuerdo con la intensidad (volumen o fuerza) y con el tono (la velocidad de vibración de las ondas sonoras).
La conducción aérea se evalúa colocándole a la persona unos audífonos que van conectados al audiómetro. Los tonos puros de intensidad controlada son transmitidos a un oído a la vez y se le pide a la persona indicar que los oye, presionando un botón al momento en que escuche un sonido; luego, se gráica la intensidad (volumen) mínima requerida para escuchar cada tono.
Finalmente, se coloca un accesorio, llamado oscilador óseo, contra el hueso por detrás de cada oído (hueso mastoideo) para evaluar la conducción ósea.
Las frecuencias utilizadas son 250, 500, 1000, 2000, 4000, 8000 hertz.
Estos sonidos irán disminuyendo de volumen hasta que se hagan inaudibles, de esta forma se determina el "umbral auditivo", es decir, hasta donde el paciente es capaz de oír.
El estudio se realiza dentro de una cabina sono-amortiguada, para aislar al paciente de los ruidos externos.
Este procedimiento se repetirá varias veces con diferente volumen y en cada frecuencia, cuanto es capaz de escuchar el paciente para cada sonido evaluado.
La audición es normal si los tonos desde 250Hz a 8000 Hz pueden ser escuchados a 25dB o menos.
Indicaciones:
No se requiere preparación especial, aunque se recomienda no haber estado expuesto a ruidos intensos las 24 horas anteriores.