¿Qué es?
El ataque cardíaco ocurre cuando una de las arterias coronarias del corazón se bloquea, generalmente por un coágulo pequeño (trombo). Por lo general, el coágulo de sangre se forma dentro de la arteria coronaria que ya se ha estrechado por la ateroesclerosis. Esta es una condición en donde los depósitos de grasa (las placas) se acumulan en el interior de las paredes de los vasos sanguíneos. El ataque cardíaco también se llama infarto del miocardio o trombosis coronaria.
Cada arteria coronaria le proporciona sangre a una parte específica de la pared muscular del corazón, por eso una arteria tapada causa dolor y disfunción (alteración en el funcionamiento) en el área que irriga (riega). Dependiendo de la localización y de la cantidad de músculo del corazón involucrado, esta disfunción puede interferir seriamente con la capacidad del corazón para irrigar sangre. Además, algunas de las arterias coronarias irrigan áreas del corazón que regulan el latido, por tal motivo un bloqueo a veces causa latidos anormales y que podrían ser fatales, llamados arritmias cardíacas. El patrón de los síntomas que se desarrollan con cada ataque cardíaco y las posibilidades de sobrevivir están relacionados con el lugar y el alcance del bloqueo de la arteria coronaria.
En el 25% de los adultos (una cuarta parte), el primer signo de esta enfermedad es la muerte repentina por un ataque cardíaco. En Estados Unidos, aproximadamente 865.000 personas sufren de ataque cardiaco cada año, de las cuales 179.000 mueren. En la mayoría de los casos, el ataque cardíaco es consecuencia de la aterosclerosis, por eso los factores de riesgo para ambas condiciones son básicamente los mismos:
- Nivel anormalmente elevado de colesterol en sangre (hipercolesterolemia)
- Nivel anormalmente bajo de HDL (lipoproteína de alta densidad), comúnmente llamado “colesterol bueno”
- Presión arterial alta (hipertensión)
- Diabetes
- Antecedentes familiares de enfermedad arterial coronaria a una edad temprana
- Fumar cigarros (cigarrillos)
- Obesidad
- Inactividad física (hacer poco ejercicio regularmente)
Cuando el hombre entra en la etapa de la madurez, el riesgo de padecer de un ataque cardíaco es mayor que el de la mujer. Sin embargo, el riesgo de la mujer aumenta cuando comienza la menopausia. Esto puede ser el resultado de la disminución de los niveles de estrógeno, como consecuencia de la menopausia, una hormona sexual femenina que ofrece algo de protección contra la ateroesclerosis.
A pesar de que la mayoría de los ataques cardíacos son producto de la ateroesclerosis, existen pocos casos donde se deben a otras enfermedades. Esto incluye anomalías congénitas de las arterias coronarias, hipercoagulabilidad (aumento anormal de la tendencia a formar coágulos de sangre), una de las enfermedades vasculares del colágeno, como la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico (LES o lupus), el abuso de la cocaína, el espasmo de la arteria coronaria o una embolia (el desplazamiento de coágulo de sangre que viaja de otro sitio) y llega por la sangre hasta una arteria coronaria y se aloja en ella.
Síntomas
El síntoma más común de un ataque cardíaco es el dolor de pecho, generalmente descrito como una sensación de opresión, como si algo apretara, sensación de presión o de peso en el pecho, a veces sensación de apuñalamiento o ardor. Aunque este dolor se puede presentar en cualquier momento, un gran número de pacientes lo padecen a la mañana, pocas horas después de despertarse. El dolor de pecho tiende a enfocarse en el centro del mismo justo debajo del centro de la caja torácica ( de las costillas), y se puede extender hasta los brazos, el abdomen, la mandíbula inferior o el cuello.
Otros síntomas pueden incluir debilidad repentina, sudoración, náuseas, vómitos, falta de aire, pérdida del conocimiento, palpitaciones o confusión. A veces, cuando el ataque cardíaco provoca ardor en el pecho, náuseas y vómitos, el paciente puede confundir sus síntomas con una indigestión.
Diagnóstico
El médico le pedirá que describa el dolor que siente en el pecho y cualquier otro síntoma. Lo ideal es que un miembro de la familia o algún amigo lo acompañen cuando vaya para su tratamiento médico. Esta persona podría ayudar a proporcionarle al médico información importante sobre sus síntomas y su historia clínica si usted no está en condiciones de hacerlo. También es importante darle a su médico una lista con los nombres y la dosis de los medicamentos que está tomando tanto recetados como de los no recetados. Si no tiene la lista ya preparada, sólo recoja los medicamentos y métalos en una bolsa o cartera de mano y llévelos al hospital.
El médico sospechará que podría estar teniendo un ataque cardíaco basado en sus síntomas, su historia clínica y sus factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Para confirmar el diagnóstico, el o ella realizará:
- Un electrocardiograma (ECG)
- Un examen físico, prestando atención especial al corazón y a la presión arterial
- Unos exámenes de sangre para chequear unos marcadores cardíacos en el suero: químicos que se liberan en la sangre cuando el músculo del corazón está dañado
- Quizás necesite otros exámenes también, como:
- Un ecocardiograma: un examen que no causa dolor y que utiliza ondas sonoras para ver el músculo del corazón y las válvulas cardíacas.
- Representación por imagen con radionúclidos: estudios (scans) que utilizan isótopos radioactivos para detectar las áreas del corazón con disminución en el flujo sanguíneo.
Duración
La duración de los síntomas del ataque cardíaco varía según cada persona. Como en 15% de los casos, el paciente nunca llega al hospital para ser atendido porque muere rápidamente después del inicio de los síntomas.
Prevención
Usted puede ayudar a evitar un ataque cardíaco controlando sus factores de riesgo para la ateroesclerosis, en especial el colesterol elevado en la sangre, la presión arterial alta, el hábito de fumar y la diabetes. Si tiene colesterol alto, siga las indicaciones de su médico para llevar una dieta saludable baja en grasas y colesterol, y, si fuese necesario, tome medicamentos para disminuir el nivel de colesterol en su sangre. Si tiene presión arterial alta, siga las recomendaciones de su médico para modificar su dieta y tomar la medicina. Si fuma, deje el cigarrillo. Si es diabético, revise con frecuencia su nivel de azúcar en la sangre, siga su dieta y aplíquese la insulina o tome la medicina como se la recetó su médico. También se recomienda hacer ejercicio regularmente y mantener un peso ideal.
Pronóstico
Alrededor del 15% de los pacientes que sufren de ataques cardíacos mueren antes de llegar al hospital y otro 15% mueren después de llegar. Del 70% restante que sobrevive la hospitalización, alrededor del 4% (1 en 25) morirá en el primer año después de ser dado de alta. Sin embargo, este riesgo no es el mismo para todas las edades. Por ejemplo, para pacientes mayores de 65 años, el índice de mortalidad es del 20% dentro del primer mes luego del ataque cardíaco y del 35% después del primer año.
Fuente: vidaysalud
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